Bichos raros en el buceo 2ª ENTREGA: EL ARTISTA Y SU SEÑORA

[Albatros Diving]

A lo largo de casi dos décadas al frente de un centro de buceo he tenido ocasión de enseñar a bucear a gente de todos los niveles sociales y culturales. A muchos de ellos los recuerdo con mucho cariño, muchos han madurado enormemente como buceadores y ya han recorrido medio mundo bajo el agua. Algunos son ahora instructores y están transmitiendo a su vez el amor al mar que intentamos inculcarles en su día.
Han pasado por nuestro centro algunos alumnos y buceadores que son imposibles de olvidar. Me pareció un deber recoger y compartir algunas de esas historias que tanto me han ayudado a comprender la naturaleza humana.
Este es un homenaje con todo mi cariño a esos personajes tan especiales.
Todos los relatos están basados en personas y hechos estrictamente reales. Por supuesto se omiten los nombres.

2. EL ARTISTA Y SU SEÑORA

Era alta, bien formada, melena voluminosa, con voz muy grave y ya entrada en la cuarentena.

Era difícil adivinar sus verdaderos rasgos pues estaban ocultos detrás de varias capas de un maquillaje denso y pesado, más obra de un repostero que de un maquillador. Uñas larguísimas pintadas de fucsia y tacones de aguja de la talla 44 (lo sé porque posteriormente tuve que encargarle aletas) En aquel momento no hubiera puesto mi mano en el fuego por afirmar que siempre había sido una señora o por el contrario era el resultado de una metamorfosis propiciada por la combinación de un cóctel de hormonas y la creatividad de un cirujano. Hoy, con cierta benevolencia por mi parte, sigo sin poder afirmar una cosa o la otra.

La señora del artista llegó sola al centro.

Me explicó que su marido era artista pintor y que este tenía la intención de revolucionar el arte del siglo XX inventando su último movimiento de vanguardia: sería el primer pintor que realiza sus lienzos bajo el agua.

Tiene su lógica –pensaba yo- impresionismo, surrealismo, cubismo, expresionismo… submarinismo.

Para ello era primero necesario aprender a bucear (pintar ya sabía) y en eso podíamos ayudar nosotros. Ella estaba dispuesta a hacer el curso con él: tenía la intención de ser inmortalizada como modelo en las pinturas de su marido.

No es mi trabajo juzgar las motivaciones de cada uno así que le expliqué los pormenores del curso, su duración y su precio y se mostró de acuerdo en todo menos en una cosa: bajo ningún concepto se metería en el agua con aquel equipo horrendo que yo tenía, con unos colores tan sosos y que no realzaba la forma de sus senos ni el color de su lápiz de labios. Me pidió que le encargara un equipo nuevo completo para ella: la calidad, el precio, la marca eran aspectos irrelevante y los dejaba a mi criterio. La única condición era que todo debía de ser de color rosa.

Después de consultar varios catálogos y visitar un par de tiendas conseguí un equipo casi por completo rosa. Encontrar unos escarpines rosas del 44 fue tarea imposible y no me apetecía explicarle a mis proveedores para qué los necesitaba, y por otra parte no estaba dispuesto a pintarle una botella, pero la señora quedó encantada con su equipo cuando se miró en el espejo.

El curso se hizo largo y pesado porque la acuaticidad de la pareja era nula y la motivación era exclusivamente la artística pero al cabo de varias semanas de gran paciencia eran capaces de realizar todos los ejercicios con un nivel aceptable y se les pudo certificar a ambos como buceadores.

Quince días más tarde me llamaros para que les acompañara a bucear al mar con la intención de pintar su primer lienzo, siguiendo mis consejos no se atrevían a ir al mar, de momento, sin su instructor.

No sé de nadie que haya probado a guiar en una excursión estándar a un grupo de buceadores cuyo principal objetivo es pintar al óleo al tiempo que otros que no hayan demostrado una particular afición por la pintura, pero tampoco me apetecía probarlo, así que les cité una tarde en la que podía dedicarme a ellos en exclusiva y elegí una cala desierta, con una profundidad máxima de 8 metros y donde sabía que el mar estaría como un espejo.

Tras equiparnos bajamos al borde con todo el material necesario y nos metimos en el agua. Yo había previsto lastre y un sistema de anclaje para el caballete y para el lienzo, para evitar que flotaran. También tuve la precaución de sobrelastrar al artista para que no se tuviera que preocupar del control de la flotabilidad mientras le visitaban las musas.

Instalamos el caballete en un fondo de arena con unos parches de posidonia que le parecieron ideales para el primer paisaje de inauguración de la última vanguardia del siglo XX y el problema surgió cuando abrió la maleta con los enseres de pintor: mientras que los tubos de oleos se cayeron al fondo perdiéndose entre la posidonia, los pinceles y la paleta, que había preparado con pegotes de pintura de colores antes de entrar en el mar, salieron flotado por encima de nuestras cabezas.

Mientras tanto la rosada señora me hacía la señal de “no tengo aire”, al parecer porque se le había roto una uña.

Después de ocuparme del grave percance de la señora y recoger el equipo de pintura volvimos abajo donde el artista, caído sobre el fondo de arena como una tortuga del revés, con el lienzo encima de su cabeza, me hizo la señal convenida de que estaba acabando el aire de su botella, por lo que hubo que recogerlo todo y abandonar la inmersión.

La escena en la orilla era una ilustración viva del significado de la palabra frustración: el lienzo mojado y pesado, sin una pincelada, la señora con su equipo nuevo rosa estropeado por manchas de óleo de todos los colores y su cara con grandes surcos de maquillaje corrido que se mezclaba con el óleo en ríos fangosos de colores, desde su frente hasta su barbilla, y los turistas que nos hacían fotos desde todos los ángulos.

Pero lo peor era el pobre artista, a quien el esfuerzo había dejado agotado, saliendo del agua lentamente, con cara de desilusión, desconsolado al constatar que nunca vería sus cuadros colgados al lado de los de Matisse, Cezanne o Picasso.



Podeis leer la serie entera en mi blog: http://albatros-diving.blogspot.com/

[David Carbó]

Vaya tela ....

[Krakencita]

esto es verídico?? dioses......

[vijaca]

la verdad es que yo he visto un video de Hormigas en las que sale un tipo con una espátula pintando el fondo... el cuadro molaba mucho.

...a ver si padi se anima a hacer un curso avanzado de pintura subacuatica!

[Jesusdeltiron]

I mpaciente con la siguiente entrega...

[xafema]

[anamf]

!!!Que pena de camara de fotos, a la hora de salir del agua, ya que eso si hubiese sido un cuadro!!!



!!Lo que se llega a encontrar por ahí...............!!

[COLL]

[jmllosa]

que pena que no hayan fotos , , increible, de verdad , increible. aunque despues de trabajar 2 años en atencion al cliente de ONO en averias de internet no os podeis imaginar las barbaridades que se pueden llegar a oir, ademas casi a diario.

[OlgaJurel]

[Betor]

[suxs]

Bién entretenido te tuvieron!! por cierto volvieron?

[bentonico]

Genial el relato. Sigue deleitándonos...