LAS PALMAS 2013: Expedición "apoyadura"...

Para contarles a los demás las experiencias en nuestras inmersiones o en nuestras reuniones en tierra.
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Zona de inMersión
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LAS PALMAS 2013: Expedición "apoyadura"...

#1 Mensaje por Zona de inMersión »

LAS PALMAS: EXPEDICIÓN “APOYADURA”.


La última escapada del año 2013 finalizó (una hora antes) con el ansiamasá buscando ya las nuevas sensaciones de la próxima temporada.
15/12/2013


Zona de inmersión es un centro todo en uno de buceo que se ha hecho a sí mismo, eso sí, con los peores materiales posibles. Fundado por tres inconformistas que empezaron la segunda década del año 2000 empeñados en cumplir tres metas: Escapar de la mediocridad y de lo chabacano, hacer un buceo diferente y divertirse trabajando. Al menos, esto último lo hemos conseguido de inmediato.

Ahora, hemos pasado de apenas diez escapadas de buceo en 2010 a las treinta y seis completadas en 2013, hemos formado a decenas de buceadores con nuestros cursos y/o ayudando a mejorar la formación de no pocos con nuestras iniciativas. Hemos demostrado que la seguridad no está en absoluto reñida con la diversión. Hemos disfrutado con una calidad en todas nuestras actividades que no ha implicado precios caros. Hemos tratado de dar a conocer nuestra manera de entender el buceo.

Con esta crónica terminamos la narración de lo acontecido en las escapadas de este año, prometiendo que, el año que viene, seguiremos fieles a nuestros principios (si no os gustan, tenemos muchos otros) y continuaremos divirtiéndonos en nuestro trabajo, haciendo un buceo diferente y escapando de una mediocridad que nos persigue a toda velocidad. Y lo seguiremos intentando, porque vosotros, nuestra gente, los Scubagueto, sois lo peor de cada casa, y eso, nos motiva.



No nos compares con nadie.
No somos ni mejores ni peores
Simplemente somos nosotros
Y eso nadie lo puede superar



La diferencia entre nosotros y el resto es que nosotros no estamos solos, os tenemos a vosotros, los Scubagueto, y los que piensen que eso no es suficiente nunca podrán saber cómo somos en realidad.



Desde los 23º de Las Palmas, Felices Fiestas y bienvenidos a la primavera eterna.


Soy un romántico Por eso, quizás, me guste tener un comienzo y un final. Las temporadas suelen empezar en las cálidas aguas del lago de aguas termales de Alhama de Aragón y me gusta terminarlas en Las Palmas, un lugar que siempre nos ha permitido hacer lo que hacemos sintiéndolo como lo sentimos.

Y aunque es un clásico, no se entendería este relato sin recordar las extraordinarias condiciones que tiene esta isla para el buceo. No sólo por sus fantásticas inmersiones, sino por la posibilidad de bucear siempre, en algún lugar, pase lo que pase. Inmersiones con accesos cómodos como las de Sardina, desde barco en el agreste norte o en el suave sur, o necesitando, en el caso de Cabrón o de Caleta, de una buena apoyadura para disfrutar de unos fondos llenos de vida y una incuestionable capacidad de sorpresa. Con todos los horarios de los vuelos confirmados, con todos listos y expectantes, con la confirmación (desde hace días) que los equipos ya han llegado, sólo queda subirme al avión y llegar a Las Palmas para que todo esté preparado.

Cuando el despertador suena, mientras bajo la maleta, noto el portal un poco más gélido de lo habitual. Parece que la temperatura ha bajado un poco. Cuando doblo el rellano de la escalera y veo la luz anaranjada de la calle confirmo lo del frío. Está nevando. Y no para de nevar, incluso, mientras repostamos el coche en la BP del polígono, dudamos si podremos siquiera despegar. Los limpiaparabrisas (los del coche, se entiende) apenas pueden despejar tanta nieve y a medida que nos acercamos a Barajas, la nevada es más copiosa. Por fin aparcamos frente a la terminal, y se abren las puertas de la climatizada T2. Trámites de facturación y enseguida, a embarcar. Antes de despegar, el avión para para que le quiten el hielo de las alas. Lo que necesitaba para ir más tranquilo. Si esto le pasa a uno que yo me sé…

Una siesta de dos horas y media me tele-transporta directamente a la fase de aterrizaje. Entre las abundantes nubes, distinguimos por mi lado la silueta de Lanzarote (nuestro próximo destino) y si me asomo al lado contrario Tenerife. Gran Canaria espera en un claro bendito por el sol. Buenas sensaciones se apoderan de todos los pasajeros cuando nos informan de la temperatura exterior en Gando. Todo marcha muy bien, recupero las maletas (parece ser que sólo me las pierde Egyptair) y ante la inquisidora mirada de los agentes de la ley salgo al exterior, donde ya me esperan para hacer una pequeña gira destinada a comprobar que todo está atado y bien atado. De nuevo, Juan, mi mentor, instructor y ejemplo nos abre las puertas de su isla facilitándonos todo cuanto necesitamos. El primer día servirá para acumular fuerzas y estudiar los partes del tiempo que parecen bastante halagüeños.

El segundo día, me aseguro el transporte y aprovecho para ver a los amigos, terminar unas cuantas gestiones y comprobar el nivel de crispación que se mide en “Guerreiros”. La “Escala Guerreiro” comprende valores entre la calma previa a la tempestad y la aniquilación mundial por transformación en Gozzila y dependiendo del estado matutino observado será obligatorio la ofrenda de antídoto en forma de cortado adquirido en el la “Montaranza”, que es el bar más cercano al centro de buceo. Tras sobrevivir al primer encuentro con MaryLuz, - los veteranos en expediciones insulares ya saben de lo que hablo, el resto tendréis que pasar por ello – sólo queda descansar ya que estamos a pocas horas de inaugurar la escapada.

No es que sea muy estético, pero mientras me dirijo a la cocina, medio dormido, con la legañas impidiendo un recorrido rectilíneo, amortiguando, por lo tanto, los golpes alternos en las paredes con el hombro (ya que empleo las manos para aliviar el picor cutáneo en zonas adyacentes a la marca de los zaragüelles) acierto a ver el mar completamente en calma. Tras un desperezamiento corporal y regalar al cuerpo un zumo de naranjas “de las de verdad, de huerto propio” y unas piezas de bollería recién salidas del recién reparado horno de mi Tía empleo el ordenador para algo menos artístico que honrar al más denostado género sicalíptico del séptimo arte pero mucho más práctico. Compruebo la tabla de mareas, las previsiones del viento, del tiempo, y decido que hoy, vamos a empezar la fiesta en el Cabrón.

La ruta elegida es saltar desde la punta de la sal y llegar en brazos de la corriente hasta “El Hoyo”. Una vez equipados, siempre haciendo uso de las más firmes apoyaduras, entramos al agua. Parece mentira que a punto de señalar los primeros días de diciembre parezca un alivio entrar en el agua, ya que sin viento, Arinaga, hace gala de desierto, y el calor, apretaba mucho. Lo segundo que compruebo, es la visibilidad, muy buena, incluso, para la zona. Tras hacer las comprobaciones de rigor comenzamos el descenso, superando unas lenguas de roca volcánica que alternan con arenales blancos donde vemos los primeros angelotes. Desde el fondo a la superficie, las bogas forman una espesa cortina que apenas nos deja ver los sargos que, frente a nosotros, nos confirman que la dirección de la corriente es la esperada, coincidiendo con el derrotero planificado. Entre las grietas, anémonas gigantes con su corte de gambas, gerardias macaronésicas decorando la piedra como si quisieran evocar jardines cordobeses, morenas negras, murion…inos, morena pico pato, abades…

Pese a que estamos inmersos en un torrente insuperable que dificulta muchísimo el detenernos a observar, la vida que hay en esta zona es variada y abundante. En el arenal, un grupo de cuatro verrugatos continúan con su búsqueda de alimentos sin que parezca que les importe nuestra presencia. Más que nadar, sobrevolamos un arenal plagado de Gerardia Savaglia (de pequeño porte) y finas gorgonias rojas y amarillas que se doblegan ante el poder del mar. Una fuerza que nos permitirá un respiro para admirar a la mítica y conocida “gerardia” del Cabrón y su descomunal tamaño. Entre abades, un par de bonitos listados, medregales, meros curiosos y pulpos tímidos llegamos al final de nuestro destino, el hoyo, por donde ascendemos y salimos de nuevo a tierra. Mientras desmontamos equipos, la sorpresa del día, un grupo de Calderones (sí, con toda la rima) se pasean frente a la costa, a escasos cincuenta metros de donde nos encontramos. Sus inconfundibles aletas dorsales, sus lomos entre negro y gris y sus cabezas redondeadas harán que el intervalo en superficie sea emocionante.

La segunda inmersión del día, será la denominada como “roncadores”. Entraremos con la dignidad justa y necesaria por el hoyo, nadaremos hasta el final del veril, y caeremos justo donde un cardumen de roncadores hace las delicias de los buceadores desde que tengo memoria subacuática. La abundancia de individuos unida a su capacidad de sincronización permite muy bellas imágenes, que no pueden hacernos olvidar la presencia de barracudas, enormes ejemplares de anguiliformes (de todas las sub-especies macaronésicas) peces trompeta, catalinetas, catalufas (en las cuevas), chuchos, mantelinas y algún que otro nudibránquio furtivo. Mi recién estrenado Oceanic Oci me recuerda amablemente con sus estridentes pitidos que llevo más de dos horas buceando y empezamos a necesitar unos minutos de parada extra antes de poder salir. Tiempo que pasamos observando el celo con el que las fulas negras (castañuelas de un color negro con bordes azulados en las aletas) defienden su territorio. La necesaria inactividad que requieren estas paradas, nos permite descubrir el Cabrón más íntimo: gusanos de fuego, ermitaños, peces planos (botus podas) en continua danza, gallinitas, salmonetes…

Por fin Oci nos da su visto bueno para regresar a superficie. Sigue haciendo calor pese a que la noche se nos echa encima. Nos cambiamos, y cuando dejo el traje en el baúl, tengo la certeza que no volverá a estar seco hasta el último día. Mañana, llegará el grueso de las mesnadas Scubagueto y empezaremos a contar de nuevo. De momento, ya me llevo un par de buceos a la espalda y la increíble visión de los cetáceos dejando claro quien domina según que medio.

Día 30. A primera hora de la mañana estábamos en el aeropuerto recogiendo Scubaguetos. Las horas siguientes las hemos aprovechado en alojarnos en el Verol, ir al centro a preparar los equipos y descansar. Los menos cansados hemos optado por volver al Cabrón y repetir las inmersiones de ayer. Por la tarde, recorremos la carretera que separa Las Palmas y Gáldar, entre barrancos imposibles, puentes de vértigo, montañas con pasado volcánico y visiones de la mítica San Borondón, o Tenerife, lo que más os guste. Sardina nos recibe solitaria, calmada, casi desangelada y digo casi porque Ángela ya está preparando su equipo. Hoy, toca nocturna para las aspirantes a buceadoras avanzadas. Y los fondos de este pequeño abrigo serán un escenario difícilmente superable. De momento, nada más saltar al agua, una miríada de pequeños peces refleja la luz de nuestros focos, imitando a las luces navideñas que ya decoran cada paseo de la isla. A lo lejos, el reflejo de las bicudas justifica el nerviosismo del cardumen. En las rocas, los ojos brillantes de las gambas delatan su posición. La primera sorpresa llega en forma de oscuridad. La batería del foco no está tan cargada como parece y la luz desaparece. Mientras busco el foco de respeto en mi bolsillo, aparece delante de nosotros un curioso pez de san pedro, tocado por esas largas espinas y ofreciendo su mejor perfil. Complicado filmarlo en condiciones, pienso, pero lo intentamos, algo sacaremos. La noche sigue descubriendo el escondite de los angelotes, los ahora activos cangrejos araña, las adormiladas gallinitas, las anémonas u sus tentáculos, los cangrejos y gambas de mil tipos distintos. La nocturna llegará a su fin con el pitido inquisitorial del ordenador avisando que hemos superado la hora de inmersión. Enero comenzará con el ansiamasá completamente desatada y la necesidad de desvelar el misterio de la apoyadura



Si quieres que se desvele el misterio de la apoyadura, haz clik en el siguiente enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=dBCv-Fj5BCk



Hasta que la otra mitad de los Scubagueto se presenten aptos para el servicio activo, completaremos inmersiones en el Cabrón y en Sardina, incluso, perpetraremos una en la siempre inhóspita caleta. Guardaremos como secreto inconfesable las direcciones de aquellos garitos y/o tugurios dignos de ser frecuentados por su relación calidad-precio y que aliviarán el bolsillo de los expedicionarios reduciendo a la mínima expresión el gasto en alimentación. Por ejemplo, nuestra amiga Vero, del Pepejuán nos cobró 13,75€ por tres refrescos, dos cervezas, dos bocadillos, dos hamburguesas, dos cafés (de los de allí), dos piezas de bollería (generosas) y un cubata. A ver si aprendemos en otras coordenadas reposteras. Sería interminable describir cada una de las inmersiones que hicimos, por lo que, sin ánimo de discutir por lo de los transgénicos y aclarado lo de la apoyadura, viajamos un poco en el tiempo hasta el día 4 de diciembre, fecha en la que el grupo se reunirá y comenzará la fase segunda de la expedición.

Hoy, tras recoger a los aptos para el servicio activo en el aeropuerto, hemos repetido rutina de llegada. Hotel, centro, y sin ánimo de continuidad, desplazamiento al primer punto de buceo: Sardina.

Es un buen lugar para empezar, una excelente toma de contacto. Muy fácil entrada al agua y mucha vida en un recorrido clásico, que transcurre entre un arenal en absoluto desértico en lo que se refiere a los habitantes, búsqueda infructuosa de caballitos pero avistamientos interesantes de nudibránquios, rubios y algún veloz pelágico. Una inmersión perfecta para desatar aún más las indómitas ansias del ya confirmado ansiamasá 2013. Tras una reposición de fuerzas con “la Vero”, descendemos a los infiernos de Caleta, para aceptar el regalo que nos brinda Neptuno. Una inmersión en una orografía distinta, peculiar, destacando grandes grietas, cuevas, pasillos y una vida generosa y sorprendente, como la colonia de espirógrafos que felizmente encontramos abierta y que casi impide que disfrutemos con la fugaz presencia de una manta. Un enorme Chucho negro que Guillermo no vio, angelotes, bonitos, dent…inos y una arena blanca horadada continuamente por pequeñas pastinacas rellenaron casi una hora de buceo.

La nocturna se nos negó por el cansancio acumulado. Y es que, no es bueno que el ansimasá camine sola, pero lo que pasa es que cuando el mermeamasao se va sin que se lo pidas, vuelve cuando no lo llamas.

El jueves, aprovechando las inmejorables condiciones climatológicas lo dedicamos a explorar el Cabrón, con una visita a los roncadores y a la cueva grande y otra “caribeña alternativa” para disfrutar de la inconmensurable gerardia. Para rematar la faena, regresamos a sardina y completamos una nocturna relajada con muchas sorpresas.

Un día más amanece en Las Palmas con sol radiante y ausencia total de viento. Tras un café rapidito en el hotel, transitamos por una despejada avenida marítima viendo como los grandes barcos siguen fondeados en la bahía, lo que indica que el tiempo seguirá siendo favorable. Llegamos a nuestra base de buceo, Aquatrek.

Aquatrek está ubicada en una zona céntrica de Las palmas, y dispone de todo lo que necesitamos para nuestras inmersiones. Su cuarto de compresores es sencillamente modélico y la zona de endulce y secado es cómoda, accesible. Desde su puerta comenzamos todos los días las inmersiones cargando las botellas y los equipos. Hoy, nos acompañará “El Loren”, un fichaje autóctono de una especie de buena gente endémica de la zona. Desde el primer momento conectó con el espíritu Scubagueto y se empeñó en que nuestra estancia fuera mucho más agradable. Nuestras primeras andanzas en común comenzarán en el Cabrón, donde, gracias a la generosidad de Jorge Higueruelo pudimos hacer un recorrido alternativo entrando desde la punta de la Monja hasta el Hoyo, pasando por el arco y la cueva grande, roncadores, y la cueva pequeña, es decir, todos los recorridos de la inmersión han quedado cubiertos. De esta inmersión podemos destacar la imagen de un angelote persiguiendo un abade con intenciones nutricionales. Tras un intervalo en superficie, repetiremos inmersión en roncadores, completamente solos, disfrutando por última vez de los tesoros de la que puede ser mejor inmersión de infantería de España.

Tras agotar el aire de nuestras botellas recogemos el campamento y comenzamos a sentir la hospitalidad de Lorenzo, que nos lleva a un restaurante que nos abrirá sin duda muchas posibilidades para próximas expediciones. La copiosa, deliciosa y económica serie interminable de raciones nos llevará al filo del anochecer, dando por terminado el día de buceo.

Un nuevo día más aprovechando para recorrer unos fondos que normalmente tienen un difícil acceso pero que hoy se nos abren de par en par.

La primera la completaremos en Caleta, dejando de lado la arena para centrarnos más en la piedra. La decisión demostrará ser un acierto y entre angelotes, pulpos, dentones, medregales y bonitos pasaremos de los cincuenta minutos de inmersión, llevando casi al límite las agujas de los manómetros. Lorenzo, se matricula con letras de oro en el club de los 10 bares, a la espera de una segunda inmersión en Sardina con encuentros sorprendentes con un par de ejemplares de pez de San Pedro, meros, simpáticos ejemplares de morena negra y una piedra que parece ser la elegida por los nudibránquios que se agolpan en la pequeña superficie de este guijarro.

Sardina será nuestro objetivo los dos últimos días, con tranquilidad, buscando inmersiones con objetivos, buscando caballitos, peces rana, grabando las escurridizas anguilas jardineras o mejorando la orientación.

El final de la expedición se aproxima. Cuando de pronto, en lugar de sacar botellas del coche, metes equipajes, es que la scubaventura termina. De pronto, en lugar de buscar la costa, recorremos algunos de los puntos más emblemáticos de la isla haciendo tiempo hasta que llegue la hora de regresar a casa. Un pequeño almuerzo en las curiosas cuevas del barranco de Guayadeque nos separa del aparcamiento de Gando. Con todos los Scubagueto en el aire, sólo resta preparar los paquetes para enviarlos de vuelta a casa y apurar mis últimas horas en Las Palmas.

El vuelo despega entre viento y agua, desde mi ventanilla, trato de ver entre las nubes la isla de Lanzarote, nuestro primer destino del 2014, un proyecto ilusionante que seguro que será tan increíble como lo vivido en Gran Canaria, pero eso, será otra historia.

Un saludo.
Raúl :D

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Re: LAS PALMAS 2013: Expedición "apoyadura"...

#2 Mensaje por Nandu »

:ok1:

¡Qué bien os lo pasáis!. A ver si vengo a visitaros un día de estos, que ya me vale. :roll:

:chin:
Todo lo que se puede contar es experiencia.

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