CABO DE PALOS: En el festival anual de la boga y el mero
- Izen
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CABO DE PALOS: En el festival anual de la boga y el mero
Donde las corrientes mediterráneas abrazan a sus frías hermanas del Atlántico se genera la pólvora para que estalle la vida. Camuflados entre algas, centenares de meros asisten al trágico baile de las refulgentes bogas que con sus eléctricos movimientos batallan sin descanso para evitar ser devoradas
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En un universo alternativo tan inmenso como el del buceo siempre quedan cabos sueltos por atar. Son destinos por explorar u objetivos pendientes de cumplir y Cabo de Palos suponía, sin duda, uno de tantos.
Allí se ubica la famosa reserva marina murciana, que abarca un territorio aproximado de 19 km² comprendido entre el faro de Cabo de Palos y las Islas Hormigas, de la que muchos pregonan con orgullo que alberga el mejor buceo de todo el Mediterráneo.
Muchas habían sido las ocasiones en que me habían contado otros buzos sus excelencias a la par que se mostraban extrañados de que un hombre rana tan viajero aun no hubiese visitado esas aguas por lo que, fuesen ciertas o no, la visita ya resultaba obligada.
Para ser sincero, hasta la semana pasada las razones de esa página en blanco en mi curriculum anfibio habían sido fundamentalmente tres. La primera es que no suelo disfrutar especialmente del buceo en destinos masificados donde los buzos suelen ser tratados más como mercancía de paso que como clientes y donde los puntos de buceo pueden llegar a convertirse en ferias tan grotescas como destructivas para el entorno submarino que las padece. La segunda, para el que ya me conozca algo, es obvia … no está dentro de los destinos tiburoneros que me atraen como un imán de neodimio y, la última, no por ello menos importante, guardaba serías dudas respecto de esas vivencias que me habían relatado y que bien pudieran estar algo infladas por el entusiasmo de sus narradores …
Así que tras estudiar el terreno y conocer que su mejor temporada se concentraba entre septiembre y octubre coincidiendo con la previsible presencia de la boga y sus ansiosos depredadores, estudié con detenimiento el cambiante tiempo que podría hacer para intentar, en la frágil medida de lo posible, evitar nubes y tormentas, al lebeche -viento de suroeste que ensucia el agua – y al también complicado levante fuerte.
Visto lo anterior y con los dedos cruzados mi PGp – Pepito Grillo personal – y yo finalmente montamos todos los bártulos en el coche y cruzamos la Península de oeste a este hasta alcanzar las puertas del centro de buceo Planeta Azul con los que ya habíamos acordado hacer las inmersiones que a priori nos apuntó otro hombre rana, amigo y compañero de pasadas aventuras, como más prometedoras: Los bajos de Piles I y II y los de Dentro y de Fuera.
Para esquivar al primero de mis temores, la masificación, optamos por distanciarnos lo más posible de las fechas veraniegas pero sin hacerlo demasiado para poder disfrutar del espectáculo de la boga y, así, elegimos la primera semana de octubre evitando también el lógico incremento del trasiego del fin de semana. Una decisión que ayudó, y mucho, a que pudiéramos bucear en paz y concordia en unión de otros cuatro buenos buzos y mejores amigos con los que comenzamos por lanzarnos al Bajo de Dentro para encontrar las primeras morenas, un banco de barracudas, un grupo de albacoras y, la especialidad de la casa, un auténtico festival de meros bien lustrosos y descansando esparcidos por las piedras cubiertas de algas.
Allí también estaban las esperadas bolas de bogas asediadas bajo el implacable ataque de sus hambrientos depredadores pugnando por escapar con los movimientos perfectamente coordinados y vertiginosos de los cardúmenes que latían como si de un solo cuerpo se tratara.
Nuestro infatigable y acartonado compañero de viaje Murphy no quiso faltar a la cita a pesar de lo breve de esta aventura y se vino con nosotros para gastarnos la broma inaugural de la avería del chaleco de mi PGp que tendría que abortar su primera inmersión. Dos días después y gracias a la pericia del personal de Planeta Azul, volvería a recuperarlo dos días después perfectamente funcional. ¡Gracias Javi ! … Pero como este supuestamente imaginario ser no suele regalar sus desgracias en solitario también llegaría el desfallecimiento temprano de uno de mis dos flashes junto con el apagón definitivo de nada menos que dos focos de vídeo de una sola tacada. En resumen, una creativa actuación estelar digna de su reconocida malignidad a la que con el tiempo uno ya se va haciendo inmune …
Vuelta a puerto para armar los equipos en las nuevas botellas – también denominadas bombonas de oxígeno por la mayor parte de los medios de comunicación – y cumplir con el intervalo de superficie al calorcito en tierra firme y de nuevo al mar para conocer Piles II donde continuamos presenciando la película de bogas y los meros en un agua que un suave y fugaz lebeche había comenzado a enturbiar y a enfriar desde los confortables 25 grados de la semana anterior a los bastante más fresquitos 18.
Durante dos días más aletearíamos por los Piles y el Bajo de dentro y sus agujas iluminado por un agradable sol y con una visibilidad cambiante que sin ser mala nunca llegó a ser la que un inconformista fotosub desea pero que, sin duda, hubiera firmado de antemano para poder observar a coloridos freddies, lechas, meros, falsos abadejos, dentones, sargos, bancos de barracudas y, como no, a las auténticas protagonistas de aquel espectáculo en bucle, las atormentadas bogas.
Como toda última jornada precisa de un final feliz con el que dejar al buzo visitante con ganas de volver teníamos reservado el popular pecio Naranjito y la inmersión estrella, el Bajo de Fuera. Un menú ciertamente prometedor con el que esperábamos despedir una plácida estancia.
Nada más abandonar el puerto nos aguardaba un divertido grupo de delfines que nos entretuvieron unos minutos asomando sus aletas dorsales tímidamente sobre la brillante superficie del agua.
No mucho más allá nos aguardaba el Naranjito abrigado por una densa capa de invisibilidad que rivalizaría con la del archifamoso mago Harry Potter y que tan solo logramos atravesar gracias al delator cabo que nos llevó hasta su proa. Nada que pudiese preocupar al trío de teks con los que nos cruzamos en el descenso y que llevarían una provisión de mezclas suficientes como para aguantar en el fondo hasta la llegada de la primavera.
Ya en el pecio cedería algo la espesa tiniebla para dejarnos apreciar fracciones de su herrumbrosa estructura que, entre mojarras, visitaríamos comenzando por su sala de máquinas siguiendo por sus bodegas, el puente y finalizando en su proa para en menos de media hora despegar al mundo de la gravedad al borde extremo de la deco y un tanto helados por la sobriedad de la experiencia y, en especial, por los 15 grados de un agua heladora para todos aquellos desafortunados buzos no agraciados con la protección del aislante traje seco.
Último cambio de botella para salir hacía el Bajo de Fuera que alcanzamos en una corta travesía tras pasar el pequeño faro de las Islas Hormigas. Allí yacía esta montaña sumergida bajo las aguas exteriores de la Reserva Marina cayendo desde los tres metros y medio hasta los sesenta y donde reposan varios pecios como el Sirio, el Nord América y el Minerva que descartamos visitar por su profundidad y apostando todo a una inmersión más prolongada que la anterior y dedicada a disfrutar de la vida aprovechando la presencia del mejor de todos los focos posibles, el sol.
Mecidos por la presencia de una pequeña corriente asistimos a la mejor de las funciones de la semana donde confluyeron todos los actores de la obra. No lo harían de modo masivo sino como si de una pequeña embajada de cada una de las especies antes observadas se tratase, con una sola excepción, la de las lechas que se concentraron por cientos aleteando bajo un sedoso y luminoso azul salpicado de anthias.
Y del mismo modo que en las plazas de toros aparecen los pañuelos agitándose para reclamar honores en el azul, de un modo mucho menos cruel, comenzaron a cruzarse entre los buzos las cómplices señales de O.K. que siempre evidencian que algo especial está ocurriendo y que Neptuno se dignó a mostrarse generoso.
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Dedicatoria
En esta ocasión será triple.
En primer lugar a todos los componentes de nuestro equipo de buzoamigos de batalla con los que, como siempre, compartimos tan buenos ratos dentro y fuera del agua.
Como no, al experto barquero de Planeta Azul, Javi, que consiguió reanimar el complejo mecanismo del perjudicado BCD de mi PGp tras el presunto ataque del insistente Murphy …
Y, por último, a toda la fauna que nos brindó un gran espectáculo de vida sobre los rocosos fondos de esta valiosa reserva.
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Gracias a todos los que hayan llegado hasta aquí y, como siempre, espero que os sea de utilidad o, al menos, haya servido para pasar el rato ...
P.D. En mi Blog encontraréis los comentarios y bastantes cosas más para el que quiera seguir buceando en la información de otros destinos ya cronificados ...
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En un universo alternativo tan inmenso como el del buceo siempre quedan cabos sueltos por atar. Son destinos por explorar u objetivos pendientes de cumplir y Cabo de Palos suponía, sin duda, uno de tantos.
Allí se ubica la famosa reserva marina murciana, que abarca un territorio aproximado de 19 km² comprendido entre el faro de Cabo de Palos y las Islas Hormigas, de la que muchos pregonan con orgullo que alberga el mejor buceo de todo el Mediterráneo.
Muchas habían sido las ocasiones en que me habían contado otros buzos sus excelencias a la par que se mostraban extrañados de que un hombre rana tan viajero aun no hubiese visitado esas aguas por lo que, fuesen ciertas o no, la visita ya resultaba obligada.
Para ser sincero, hasta la semana pasada las razones de esa página en blanco en mi curriculum anfibio habían sido fundamentalmente tres. La primera es que no suelo disfrutar especialmente del buceo en destinos masificados donde los buzos suelen ser tratados más como mercancía de paso que como clientes y donde los puntos de buceo pueden llegar a convertirse en ferias tan grotescas como destructivas para el entorno submarino que las padece. La segunda, para el que ya me conozca algo, es obvia … no está dentro de los destinos tiburoneros que me atraen como un imán de neodimio y, la última, no por ello menos importante, guardaba serías dudas respecto de esas vivencias que me habían relatado y que bien pudieran estar algo infladas por el entusiasmo de sus narradores …
Así que tras estudiar el terreno y conocer que su mejor temporada se concentraba entre septiembre y octubre coincidiendo con la previsible presencia de la boga y sus ansiosos depredadores, estudié con detenimiento el cambiante tiempo que podría hacer para intentar, en la frágil medida de lo posible, evitar nubes y tormentas, al lebeche -viento de suroeste que ensucia el agua – y al también complicado levante fuerte.
Visto lo anterior y con los dedos cruzados mi PGp – Pepito Grillo personal – y yo finalmente montamos todos los bártulos en el coche y cruzamos la Península de oeste a este hasta alcanzar las puertas del centro de buceo Planeta Azul con los que ya habíamos acordado hacer las inmersiones que a priori nos apuntó otro hombre rana, amigo y compañero de pasadas aventuras, como más prometedoras: Los bajos de Piles I y II y los de Dentro y de Fuera.
Para esquivar al primero de mis temores, la masificación, optamos por distanciarnos lo más posible de las fechas veraniegas pero sin hacerlo demasiado para poder disfrutar del espectáculo de la boga y, así, elegimos la primera semana de octubre evitando también el lógico incremento del trasiego del fin de semana. Una decisión que ayudó, y mucho, a que pudiéramos bucear en paz y concordia en unión de otros cuatro buenos buzos y mejores amigos con los que comenzamos por lanzarnos al Bajo de Dentro para encontrar las primeras morenas, un banco de barracudas, un grupo de albacoras y, la especialidad de la casa, un auténtico festival de meros bien lustrosos y descansando esparcidos por las piedras cubiertas de algas.
Allí también estaban las esperadas bolas de bogas asediadas bajo el implacable ataque de sus hambrientos depredadores pugnando por escapar con los movimientos perfectamente coordinados y vertiginosos de los cardúmenes que latían como si de un solo cuerpo se tratara.
Nuestro infatigable y acartonado compañero de viaje Murphy no quiso faltar a la cita a pesar de lo breve de esta aventura y se vino con nosotros para gastarnos la broma inaugural de la avería del chaleco de mi PGp que tendría que abortar su primera inmersión. Dos días después y gracias a la pericia del personal de Planeta Azul, volvería a recuperarlo dos días después perfectamente funcional. ¡Gracias Javi ! … Pero como este supuestamente imaginario ser no suele regalar sus desgracias en solitario también llegaría el desfallecimiento temprano de uno de mis dos flashes junto con el apagón definitivo de nada menos que dos focos de vídeo de una sola tacada. En resumen, una creativa actuación estelar digna de su reconocida malignidad a la que con el tiempo uno ya se va haciendo inmune …
Vuelta a puerto para armar los equipos en las nuevas botellas – también denominadas bombonas de oxígeno por la mayor parte de los medios de comunicación – y cumplir con el intervalo de superficie al calorcito en tierra firme y de nuevo al mar para conocer Piles II donde continuamos presenciando la película de bogas y los meros en un agua que un suave y fugaz lebeche había comenzado a enturbiar y a enfriar desde los confortables 25 grados de la semana anterior a los bastante más fresquitos 18.
Durante dos días más aletearíamos por los Piles y el Bajo de dentro y sus agujas iluminado por un agradable sol y con una visibilidad cambiante que sin ser mala nunca llegó a ser la que un inconformista fotosub desea pero que, sin duda, hubiera firmado de antemano para poder observar a coloridos freddies, lechas, meros, falsos abadejos, dentones, sargos, bancos de barracudas y, como no, a las auténticas protagonistas de aquel espectáculo en bucle, las atormentadas bogas.
Como toda última jornada precisa de un final feliz con el que dejar al buzo visitante con ganas de volver teníamos reservado el popular pecio Naranjito y la inmersión estrella, el Bajo de Fuera. Un menú ciertamente prometedor con el que esperábamos despedir una plácida estancia.
Nada más abandonar el puerto nos aguardaba un divertido grupo de delfines que nos entretuvieron unos minutos asomando sus aletas dorsales tímidamente sobre la brillante superficie del agua.
No mucho más allá nos aguardaba el Naranjito abrigado por una densa capa de invisibilidad que rivalizaría con la del archifamoso mago Harry Potter y que tan solo logramos atravesar gracias al delator cabo que nos llevó hasta su proa. Nada que pudiese preocupar al trío de teks con los que nos cruzamos en el descenso y que llevarían una provisión de mezclas suficientes como para aguantar en el fondo hasta la llegada de la primavera.
Ya en el pecio cedería algo la espesa tiniebla para dejarnos apreciar fracciones de su herrumbrosa estructura que, entre mojarras, visitaríamos comenzando por su sala de máquinas siguiendo por sus bodegas, el puente y finalizando en su proa para en menos de media hora despegar al mundo de la gravedad al borde extremo de la deco y un tanto helados por la sobriedad de la experiencia y, en especial, por los 15 grados de un agua heladora para todos aquellos desafortunados buzos no agraciados con la protección del aislante traje seco.
Último cambio de botella para salir hacía el Bajo de Fuera que alcanzamos en una corta travesía tras pasar el pequeño faro de las Islas Hormigas. Allí yacía esta montaña sumergida bajo las aguas exteriores de la Reserva Marina cayendo desde los tres metros y medio hasta los sesenta y donde reposan varios pecios como el Sirio, el Nord América y el Minerva que descartamos visitar por su profundidad y apostando todo a una inmersión más prolongada que la anterior y dedicada a disfrutar de la vida aprovechando la presencia del mejor de todos los focos posibles, el sol.
Mecidos por la presencia de una pequeña corriente asistimos a la mejor de las funciones de la semana donde confluyeron todos los actores de la obra. No lo harían de modo masivo sino como si de una pequeña embajada de cada una de las especies antes observadas se tratase, con una sola excepción, la de las lechas que se concentraron por cientos aleteando bajo un sedoso y luminoso azul salpicado de anthias.
Y del mismo modo que en las plazas de toros aparecen los pañuelos agitándose para reclamar honores en el azul, de un modo mucho menos cruel, comenzaron a cruzarse entre los buzos las cómplices señales de O.K. que siempre evidencian que algo especial está ocurriendo y que Neptuno se dignó a mostrarse generoso.
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Dedicatoria
En esta ocasión será triple.
En primer lugar a todos los componentes de nuestro equipo de buzoamigos de batalla con los que, como siempre, compartimos tan buenos ratos dentro y fuera del agua.
Como no, al experto barquero de Planeta Azul, Javi, que consiguió reanimar el complejo mecanismo del perjudicado BCD de mi PGp tras el presunto ataque del insistente Murphy …
Y, por último, a toda la fauna que nos brindó un gran espectáculo de vida sobre los rocosos fondos de esta valiosa reserva.
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Gracias a todos los que hayan llegado hasta aquí y, como siempre, espero que os sea de utilidad o, al menos, haya servido para pasar el rato ...
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Última edición por Izen el 22/Oct/2020, 22:31, editado 6 veces en total.
LIBRO en PAPEL de Izen Kai: BUCEAR con TIBURONES. Cómo AMARLOS sin ARREPENTIRSE en el intento. https://izenkai.wordpress.com/2021/08/3 ... l-intento/
Blog: Crónicas Buceo/Tierra:https://izenkai.wordpress.com/
Última Crónica: Yonaguni (Japón): El desconcertante poder de la conjuración
https://i.imgur.com/bqAok1p.png
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Última Crónica: Yonaguni (Japón): El desconcertante poder de la conjuración
https://i.imgur.com/bqAok1p.png
Re: Cabo de Palos: En el festival anual de las bogas y los m
Magnífica crónica, como a las que nos tienes acostumbrados.
Gracias por compartir.
Gracias por compartir.
- Izen
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Re: Cabo de Palos: En el festival anual de las bogas y los m
A tí krake por agradecer y me alegra que te guste, fue un viaje corto pero volvimos realmente sorprendidos de la vida que tienen esos fondos murcianicos ...krake escribió:Magnífica crónica, como a las que nos tienes acostumbrados.
Gracias por compartir.
LIBRO en PAPEL de Izen Kai: BUCEAR con TIBURONES. Cómo AMARLOS sin ARREPENTIRSE en el intento. https://izenkai.wordpress.com/2021/08/3 ... l-intento/
Blog: Crónicas Buceo/Tierra:https://izenkai.wordpress.com/
Última Crónica: Yonaguni (Japón): El desconcertante poder de la conjuración
https://i.imgur.com/bqAok1p.png
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Re: CABO DE PALOS: En el festival anual de las bogas y los m
Otra crónica magistral en el texto y las imágenes!
Como siempre ha sido un placer compartir el Azul con vosotros
P.S.: Ya os dije que había que ir con el seco, aunque solo me hiciera caso yo mismo
Como siempre ha sido un placer compartir el Azul con vosotros
P.S.: Ya os dije que había que ir con el seco, aunque solo me hiciera caso yo mismo
Sea Shepherd, defendiendo la vida marina por todo el mundo. Únete.
¡POR LOS OCÉANOS!
#Seaspiracy en Netflix, no puedes dejar de verlo
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- eduardograndio
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Re: CABO DE PALOS: En el festival anual de las bogas y los m
Son tiempos, dificiles para el viajero. Gracias por seguir compartiendo lo que todas estas limitaciones nos van dejando hacer.
Salu2
Eduardo.
Salu2
Eduardo.
Video Guía de Buceo de Gran Canaria: http://www.forobuceo.com/phpBB3/viewtop ... 6&t=143366
Mi página WEB: http://www.grandio.org
Mi canal de YouTube: http://www.youtube.com/user/eduardograndio
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- Izen
- Dive Monster Weber
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Re: CABO DE PALOS: En el festival anual de las bogas y los m
Gracias alapues y ya sabes que el placer es mutuo ...alapues escribió:Otra crónica magistral en el texto y las imágenes!
Como siempre ha sido un placer compartir el Azul con vosotros
P.S.: Ya os dije que había que ir con el seco, aunque solo me hiciera caso yo mismo
En cuanto al seco creo que ya deberías pensar en calefactar la rata de oso polar para ir más confortable en las termoclinas ...
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- Izen
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Re: CABO DE PALOS: En el festival anual de las bogas y los m
Así es Eduardo, estamos realmente atados y se me han caído dos viajazos enormemente especiales, Menos mal que los tengo recolocados para 2021 ..eduardograndio escribió:Son tiempos, dificiles para el viajero. Gracias por seguir compartiendo lo que todas estas limitaciones nos van dejando hacer.
Salu2
Eduardo.
En cualquier caso estoy pensando en volver a saltar lejos en dos semanas si es que este caos no va aun a peor, que todo parece apuntar que será así pero insisto en pensar que no ...
Gracias a tí por comentar ...
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Última Crónica: Yonaguni (Japón): El desconcertante poder de la conjuración
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- gram parsons
- Advanced Weber Diver
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Re: CABO DE PALOS: En el festival anual de las bogas y los m
Hola:
Fantástica crónica Izen. Yo estuve unas semanas antes que tú, a primeros de septiembre. Suelo ir habitualmente la segunda semana de septiembre, evitando siempre bucear el fin de semana, y es un destino espectacular. Desgraciadamente, el tiempo es en esas fechas una lotería. Este año fue mas benévolo que los dos anteriores que estuve y sólo hubo que anular el buceo un día, precisamente el que tenía prevista la inmersión en el Bajo de Fuera.
La visibilidad no fue gran cosa, pero la vida era espectacular. Lo mejor fue una inmersión en el Bajo de Dentro el día que mejor tiempo tuvimos, con mucho sol, agua clara y calentita que fue simplemente espectuacular.
Fantástica crónica Izen. Yo estuve unas semanas antes que tú, a primeros de septiembre. Suelo ir habitualmente la segunda semana de septiembre, evitando siempre bucear el fin de semana, y es un destino espectacular. Desgraciadamente, el tiempo es en esas fechas una lotería. Este año fue mas benévolo que los dos anteriores que estuve y sólo hubo que anular el buceo un día, precisamente el que tenía prevista la inmersión en el Bajo de Fuera.
La visibilidad no fue gran cosa, pero la vida era espectacular. Lo mejor fue una inmersión en el Bajo de Dentro el día que mejor tiempo tuvimos, con mucho sol, agua clara y calentita que fue simplemente espectuacular.
- Izen
- Dive Monster Weber
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Re: CABO DE PALOS: En el festival anual de las bogas y los m
Si que es cierto que el tiempo allí cambia con enorme facilidad, yo ya no recuerdo cuantos vientos distintos tuvimos esa semana, y que la visibilidad del agua depende de multitud de factores creo que tuvimos mucha suerte de poder bucear los 4 días seguidos y en condiciones más que aceptables.gram parsons escribió:Hola:
Fantástica crónica Izen. Yo estuve unas semanas antes que tú, a primeros de septiembre. Suelo ir habitualmente la segunda semana de septiembre, evitando siempre bucear el fin de semana, y es un destino espectacular. Desgraciadamente, el tiempo es en esas fechas una lotería. Este año fue mas benévolo que los dos anteriores que estuve y sólo hubo que anular el buceo un día, precisamente el que tenía prevista la inmersión en el Bajo de Fuera.
La visibilidad no fue gran cosa, pero la vida era espectacular. Lo mejor fue una inmersión en el Bajo de Dentro el día que mejor tiempo tuvimos, con mucho sol, agua clara y calentita que fue simplemente espectuacular.
Gracias por comentar ...
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