Capítulo 1: http://www.forobuceo.com/phpBB3/viewtop ... 15&t=91872
El primer capítulo acababa con Biro dejándonos en la puerta de nuestro hotel tras las dos primeras fantásticas inmersiones de las vacaciones.
El resto del día lo dedicamos a zampar en el bufé de al lado de la piscina del hotel, a vaguear, a no dar un palo al agua, a cenar con una amiga buza en un restaurante/terraza monísimo de Playa del Carmen… Y sobre todo a babear intensamente recordando los buceos de por la mañana.
Pero hablemos un poco del centro de buceo.
Hay varias cosas que me sorprendieron poderosamente de Playa Dive Center.
La primera es aquello de que todas las mañanas pasen a recogerte por el hotel y todas las tardes te vuelvan a dejar en la puerta si así lo quieres.
¿Os imagináis ese servicio en los centros de buceo españoles? ¿Os podéis ver desayunando en el hotel y a continuación acercaros a la puerta con vuestros pantalones cortos, vuestra camiseta, vuestras chanclas y vuestra gorra, con una mano agarrando la cámara y la otra en el bolsillo, a esperar a que vengan a por vosotros para llevaros al dive center? Bueno, pues eso es exactamente lo que hicimos el resto de los días.
Parece importante dejar claro que cuando acabas de bucear echas todo en la pick up del guía que ha ido contigo y se acabó. Al día siguiente, cuando llegas al centro, está todo endulzado, colgado, guardado en cajones… Y claro, con la temperatura que hay allí, seco.
O sea, que te preocupas de tu equipo el primer día y el último, se acabó.
Seguiría contando cosas pero como lo que queremos es volver a meternos al agua, ya continuaré en siguientes capítulos.
A bucear: el Angelita.
Este segundo día empezó tan bien como el primero: con cachondeo, muuuucho cachondeo. Mientras que se van organizando los grupos y se van cargando las botellas en las pick ups, las risas están aseguradas. Da igual si vas sólo o acompañado, si eres cliente antiguo o es tu primera vez, si eres un buzo experimentado o completamente nuevo en esto: lo pasarás bien y te reirás, no hay otra opción.
Hoy nos tocaba ir con Pepe de guía… Pues estupendo, con Pepe. Nos preguntó a donde queríamos ir, y elegimos el cenote Angelita… ¡¡Menudo acierto!!
Hala, botellas cargadas, equipos cargados, cámara cargada… A por el Angelita.
Durante el camino por carretera, el güevón (es cariñoso, no os asustéis) de Pepe nuevamente nos hizo reír a carcajadas sin proponérselo. El es así, le sale, le es natural. Cuando te cuenta sabe Dios qué, y todo el mundo se troncha, te mira y te dice: -Pero es que es así ¿no?- Jajajaja, es que ni siquiera es consciente de los “chistes” que le van saliendo sobre la marcha. Pero también compartimos anécdotas serias, experiencias apasionantes, chascarrillos variados…
Después de un buen rato de carretera llegamos al Angelita y nos hace el brieffing. A equiparnos (cero prisas, muy de agradecer) y al agua.
El Angelita también tiene la peculiaridad de la capa suspendida a mitad de la profundidad del cenote que, en este caso, era verde.
La inmersión consistió en bajar hasta el fondo traspasando la capa mencionada. Y cuando digo “el fondo”, me refiero a “EL FONDO”. No voy a poner metros pero son unos pocos.
Hasta la traída y llevada capa de diferente densidad, todo es luz porque el agua de los cenotes parece no existir de lo transparente que es, pero una vez traspasada todo se convierte en una medio oscuridad de color verde eléctrico digna de los efectos especiales más sofisticados de Hollywood.
Abajo del todo hay un árbol al que nos agarramos para mirar hacia arriba y admirar y disfrutar el paisaje que se nos ponía delante: la silueta del árbol recortada sobre una luminiscencia mágica que nunca me podría haber imaginado y jamás podré describir para que se me entienda con precisión… ¡¡¡Dios!!! ¿Pero cómo puede caber tal espectáculo en un sitio tan sencillo?
Una vez más tengo que lamentar mi absoluta incapacidad para poder plasmar aquello en el sensor de mi cámara compacta (al próximo viaje voy con réflex sí o sí), pero os dejo un par de fotos que, lo tengo que reconocer, no están a la altura de la situación ni de lejos.
Esto es por encima de la capa de ácido
Y esta es Lala apareciendo de la nada. Fijaros de la cintura para abajo.
Tras ver aquel espectáculo desde abajo lo que apetece es quedarse, pero los pitidos del ordenador y el sentido común indicaban que había que subir… Una verdadera lástima. El resto consistió en ascender a una cota más razonable para jugar un poco “al escondite” en el ácido y darnos tiempo para ir admirando los recovecos, pasajes y formaciones de la pared.
Aquí Pepe (a la derecha de la foto) y nuestro amigo “Lobo” (en primer plano), a punto de finalizar
Una inmersión para marcar en el log book con cinco estrellas, en mayúsculas, con negrita… Impresionante, muy impresionante.
Pero habrá que desayunar ¿no?
Mira que vengo diciendo que Pepe es un tipo muy peculiar y nadie quiere creerme (¿o sí? Jajaja). Bueno, pues según echamos todos los equipos en la pick up para ir al siguiente cenote, nos propone que bien podríamos parar a desayunar en un sitio que conoce… Vale, pues paramos, por qué no. Si hay que desayunar dos veces, se desayuna dos veces.
Camino del cenote Manatí, que era el segundo del día, nos para en un local muy apañao con unos manjares de escándalo y unos precios de risa. Atentos: Por allí corrieron los sándwiches, el agua de chaya (qué cosa tan rica, por favor), los tacos de carne, la horchata de arroz, los helados, los snacks de plátano frito y no sé cuántas delicias más. Ojo, corrieron en abundancia; vamos, como para no pasar hambre… ¿Precio total por persona? Unos cuatro euros al cambio. ¿Pero es que nos hemos vuelto locos? Juro que nos pusimos como el Kiko.
En fin, pues así estaban las cosas cuando el que más el que menos empezó a preguntarse si habría cogido plomos suficientes para compensar el exceso de volumen debido al atracón. Pero no hubo mucho tiempo para dudar porque enseguida nos vimos otra vez subidos en la pick up camino del agua.
Segunda inmersión: Manatí.
Claro, si ahora os cuento que fue espectacular os pensaréis que es que a mí todo me parece bonito ¿verdad?
Vale, pues atentos:
Manatí es un manglar básicamente, con zonas completamente abiertas y otras que discurren entre dos paredes, bajo un techo del que aparecen las raíces que provienen de la superficie, cavernas, haloclinas fantasmagóricas allí donde se mezcla el agua dulce del cenote con la salada del mar… Si no has buceado en un sitio como éste, no has visto nada parecido, seguro.
El paisaje es completamente diferente a cualquiera de las inmersiones clásicas a las que estamos acostumbrados los buzos de mar. Mirad, mirad:
Y ese color, otra vez verde, como en Angelita, pero de otra tonalidad, hace que sientas que estás en otro planeta diferente.
Como colofón de la historia, a Pepe sólo se le ocurre que en lugar de salir por el cenote vamos a atravesar unos metros de cueva para salir por el mar… Y dicho y hecho. Tras unos veinte metros, calculo, de tubo, allí que vimos la “luz al final del túnel”, y al atravesarla nos encontramos con la cara de los bañistas de la playa que supongo se preguntarían de donde habían salido todos esos marcianos, jajajaja.
¡¡Vaya día!! Y ojo porque ni siquiera fue el mejor.
CONTINUARÁ CON "MÉXICO, PLAYA DIVE CENTER… QUÉ VACACIONES” - CAPÍTULO 3"
Capítulo 3: http://www.forobuceo.com/phpBB3/viewtop ... 15&t=91981
Me dejas sin palabras 
